La creencia tradicional es que la vida en la Tierra empezó… en la Tierra, en algún momento lejano de nuestro pasado, una mezcla de aminoácidos realizó el salto desde una sopa de moléculas orgánicas a algo más organizado.
Pero, ¿pudo la vida en la Tierra proceder del espacio realizando un recorrido sobre bolas de hielo y polvo como los cometas?.
Esta es la controvertida teoría propuesta por Chandra Wickramasinghe, un astrobiólogo de la universidad de Cardiff del Reino Unido. Wickramasinghe representa desde hace tiempo, a uno de los defensores de la teoría de la panspermia; teoría que sostiene que la vida en la Tierra se originó en el espacio o en otros planetas.
Wickramasinghe y su equipo sostienen que existen nuevas evidencias recogidas por las sondas espaciales que demuestran como podrían haber comenzado estos primeros organismos.
Cuando la nave espacial Deep Impact de la NASA finalizó su existencia estrellándose contra el cometa Tempel 1, descubrió una mezcla de moléculas orgánicas y partículas de arcilla en el interior del cometa. Una teoría acerca del origen de la vida sostiene que las partículas de arcilla actuaron como catalizador, permitiendo que moléculas orgánicas simples se organizaran en estructuras cada vez más complejas. La misión Stardust encontró una amplia variedad de complejas moléculas de hidrocarburos cuando recogió partículas del cometa Wild 2.
El equipo de Cardiff cree que los elementos radiactivos presentes en el interior de los cometas podrían haber mantenido suficientemente calientes las oquedades de los mismos y conservado el agua en estado líquido durante millones de años. Estas bolas de hielo también podrían haber servido como incubadoras perfectas para la vida primigenia, y cuando finalmente se estrellaban contra un planeta ofrecían a la vida un nuevo hogar.
Existen muchos cometas en el exterior con potencialmente muchas oquedades de líquidos en su interior. Wickramasinghe y su equipo han calculado que la probabilidad es muchísimo mayor de que la vida hubiese comenzado en los cometas y no aquí en la Tierra..
Al igual que con toda teoría controvertida, existen muchos científicos que piensan que esto es demasiado especulativo. Sin la prueba real de la existencia de estos oasis en el interior de los cometas, solo representa una idea interesante. Quizás la Misión Rosetta de la ESA actualmente en camino hacia el cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko y equipada con un vehículo, sea la ideal para obtener estas evidencias.
Original Source:
Cardiff News Release y
universetoday
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